Fausto Puglisi transforma la pasarela de Roberto Cavalli en un espectáculo inspirado en la grandeza de Pompeya en la Semana de la Moda de Milán
La Semana de la Moda de Milán siempre se distingue por su dramatismo y opulencia, y esta temporada, Fausto Puglisi llevó esa esencia al extremo con su última colección para Roberto Cavalli. Inspirado en la magnificencia de la antigua Pompeya, el diseñador creó un desfile que no solo rindió homenaje al legado de la firma, sino que también transportó a los asistentes a un mundo de lujo, sensualidad y decadencia clásica.
Desde el primer look en la pasarela, fue evidente que Puglisi no se contuvo. La colección se caracterizó por prendas fluidas y drapeadas, reminiscentes de las túnicas y estolas romanas, pero reinterpretadas con cortes contemporáneos y materiales de alto impacto. Vestidos largos con aberturas estratégicas, transparencias etéreas y un juego de texturas aportaron una sensación de poder y sensualidad que define la estética de Roberto Cavalli.
Los estampados, sello inconfundible de la casa italiana, se presentaron en una versión renovada: motivos inspirados en frescos pompeyanos se mezclaron con el icónico animal print de la marca, logrando una fusión entre la historia clásica y el espíritu salvaje característico de Cavalli.









La gama cromática evocó la opulencia de la Antigua Roma con tonos dorados, terracota, azul cobalto y negro profundo, reflejando los colores de los mosaicos y murales de Pompeya. Los detalles en oro y bronce añadieron un toque de grandeza imperial, resaltando la conexión entre la colección y su inspiración histórica.
Las siluetas jugaron con volúmenes y cortes asimétricos: túnicas drapeadas se alternaron con vestidos de corte sirena, mientras que capas vaporosas y abrigos de piel sintética en colores vibrantes agregaban dramatismo a cada look. La opulencia no se limitó solo a las prendas, sino también a los accesorios: collares tipo gargantilla, cinturones metálicos y sandalias gladiadoras terminaron de construir el universo pompeyano de Puglisi.









Más allá de la estética, el desfile de Roberto Cavalli bajo la dirección de Puglisi fue una declaración de intenciones: una celebración de la feminidad, la libertad y el placer sin restricciones. Al igual que la legendaria Pompeya, la colección encarna la belleza efímera y el deseo de vivir sin límites, con prendas que invitan a la confianza y la autoexpresión.
Con este espectáculo, Fausto Puglisi demuestra su dominio del legado de Cavalli, manteniendo la esencia de la marca mientras la impulsa hacia nuevas direcciones. En un mundo donde la moda busca constantemente equilibrio entre lo clásico y lo innovador, Cavalli nos recuerda que la grandeza reside en la audacia.