La trampa silenciosa de las cremas para la barrera cutánea
Por Lucía Herrera – Dermocosmiatra
La moda del “skin barrier repair” no nació por accidente. Las rutinas extensas y sobreexfoliantes de años anteriores, sumadas a los efectos post-COVID en la salud cutánea, abrieron un mercado para productos que prometen calmar, restaurar y devolver equilibrio. Marcas dermatológicas como CeraVe, La Roche-Posay, Avène o nuevas líneas “clínicas” de casas de belleza de lujo han liderado esta narrativa.
Pero, como suele pasar en la industria cosmética, la sobrepromesa puede venir con consecuencias.
“Muchas cremas están formuladas para pieles que ya tienen una barrera cutánea comprometida, pero se venden como productos de uso diario para todo tipo de piel. Eso está generando hipersensibilidad, dermatitis alérgica de contacto e incluso sobrehidratación en pieles sanas”
Componentes como la glicerina, ácido hialurónico o aceites vegetales suelen ser bien tolerados. Sin embargo, cuando se mezclan en fórmulas densas, o con fragancias añadidas, conservantes fuertes o siliconas oclusivas, pueden convertirse en desencadenantes. “Lo irónico es que muchas veces el consumidor piensa que su piel está irritada por factores externos, cuando en realidad es su nueva crema la que está provocando esa respuesta”, comenta Herrera.
Se trata de una inflamación de la piel provocada por el uso repetido de un producto que causa una reacción adversa. Puede ser alérgica (inmunológica) o irritativa (por acumulación de ingredientes agresivos). Las lesiones suelen aparecer como enrojecimiento, picor, ardor, descamación o brotes tipo eczema. La buena noticia: suele revertirse al suspender el producto y seguir tratamiento dermatológico.
Leonor
hace 2 semanasGreat insights!