Schiaparelli Couture: El Renacimiento de Ícaro en el Petit Palais

La maison Schiaparelli ha vuelto a desafiar las expectativas de la alta costura con una colección que mezcla arte, mitología y teatralidad. En el icónico Petit Palais, Daniel Roseberry, director creativo de la casa, presentó una línea espectacular inspirada en el mito de Ícaro, explorando el delicado equilibrio entre el triunfo y la caída.
Desde su entrada en el mundo de Schiaparelli, Roseberry ha redefinido el surrealismo de la casa, llevándolo a nuevas alturas. En esta ocasión, la narrativa mitológica de Ícaro no solo se tradujo en diseños deslumbrantes, sino también en un mensaje profundo sobre los riesgos de aspirar a lo extraordinario. “La historia de Ícaro no es solo un cuento de advertencia, sino también una celebración de la ambición y el espíritu humano que desafía los límites”, explicó Roseberry tras el desfile.
El arte y la audacia en cada pieza
La colección de Schiaparelli Couture reinterpretó los símbolos del mito griego con una creatividad audaz. Vestidos con plumas doradas bordadas a mano evocaban las alas de Ícaro, mientras que corsés y detalles metálicos recreaban la luz del sol reflejada en los cuerpos celestiales. Una de las piezas más icónicas del desfile fue un abrigo de terciopelo negro adornado con llamas en oro fundido, representando el momento culminante del mito: el acercamiento al sol.
Roseberry también incluyó referencias al legado surrealista de Elsa Schiaparelli, como esculturas en 3D incorporadas a los vestidos, que parecían emerger de las prendas como si fueran obras de arte vivas. La atención al detalle y la artesanía llevaron cada diseño a un nivel casi escultórico, demostrando por qué la maison sigue siendo una de las más audaces de la alta costura.
Un desfile como experiencia inmersiva
El Petit Palais, con su arquitectura neoclásica, se convirtió en el escenario perfecto para esta oda mitológica. Las modelos caminaban sobre un suelo espejado que simulaba el cielo, mientras un juego de luces recreaba el movimiento del sol y el fuego, envolviendo a los asistentes en una atmósfera celestial.
La música, compuesta exclusivamente para el evento, acentuaba el dramatismo de cada diseño, creando un desfile que era más una experiencia multisensorial que una presentación de moda convencional. Roseberry comentó: “Quería que los espectadores sintieran la misma emoción de Ícaro: el deseo de volar alto y la intensidad de enfrentarse a lo desconocido”.
La alta costura como un vuelo hacia lo sublime
La colección no solo se trató de prendas exquisitas, sino de un mensaje más grande: la importancia de la ambición, incluso frente a los riesgos. “La alta costura debe inspirar, debe ser ese espacio donde nos atrevamos a volar más alto, incluso cuando sabemos que podríamos caer”, reflexionó Roseberry.
Con esta presentación, Schiaparelli reafirma su lugar como una casa de moda que no teme arriesgarse, honrando su legado mientras continúa reinventándose. En Ícaro, encontró una metáfora perfecta para su filosofía: perseguir lo imposible con valentía, estilo y un toque de surrealismo.