¿Adiós a las compras en centros comerciales? Cómo la moda está migrando del mall al mundo digital

Por Santiago Morales – Periodista

Al recorrer un centro comercial promedio, la escena parece inmutable, tiendas llenas de maniquíes impecables, promociones y vitrinas que buscan capturar nuestra atención. Sin embargo, detrás de estas fachadas se esconde una realidad diferente, los grandes centros comerciales ya no son los reyes indiscutibles de la moda. Su territorio está siendo desafiado por nuevas formas de consumo más dinámicas, personalizadas y digitales.

Mi análisis del comportamiento de los consumidores y las ventas en cadenas de moda masiva y de lujo en Latinoamérica revela una tendencia clara, disminuye el flujo de compradores presenciales, mientras que las ventas online crecen de manera exponencial. Hoy, un consumidor puede, desde su teléfono, acceder a colecciones de diseñadores internacionales, comparar precios y recibir recomendaciones basadas en su estilo personal. Esto transforma la experiencia de compra en algo más cercano a la identidad de cada persona.

Otro factor que no podemos ignorar es la influencia de las redes sociales y los marketplaces digitales. Instagram, TikTok y Pinterest se han convertido en verdaderos escaparates interactivos, donde la moda se descubre, se prueba virtualmente y se compra al instante. Los expertos coinciden, la moda está migrando hacia espacios donde la narrativa y la experiencia son tan importantes como el producto en sí.

Esto no significa que los centros comerciales desaparezcan. Muchos están reinventándose: incorporan experiencias sensoriales, eventos de moda en vivo, pop-ups de marcas independientes y áreas gastronómicas de alto nivel para atraer al público. La moda en los centros comerciales no está muerta, pero necesita adaptarse a un consumidor que busca emociones, identidad y pertenencia, no solo productos.

En definitiva, estamos frente a un cambio de paradigma; los centros comerciales deberán evolucionar o resignarse a perder terreno frente a la revolución digital. Y mientras tanto, observamos cómo un sector centenario se reinventa en tiempo real ante nuestros ojos.