“¿Nos estamos aburriendo del entretenimiento?” La paradoja del exceso en la era del streaming
Por Mariana Estévez – Periodista de Cultura y Entretenimiento
Una nueva pregunta se instala con fuerza: ¿estamos realmente disfrutando el entretenimiento o solo estamos sobreviviendo a él?
La era dorada del contenido digital parece haber entrado en una etapa de fatiga. Series interminables, estrenos semanales, algoritmos que predicen nuestros gustos antes que nosotros mismos, y una sensación constante de que “hay demasiado para ver y poco para disfrutar”. Lo que alguna vez fue una promesa de libertad narrativa, hoy se ha vuelto una carrera por mantener la atención del espectador.
Según el último informe de Deloitte sobre medios y entretenimiento, más del 46% de los usuarios sienten ansiedad al tener que elegir qué ver. La cantidad abrumadora de opciones ha convertido la experiencia de ocio en un proceso agotador, casi laboral. La paradoja es evidente: nunca hubo tanto contenido, pero rara vez sentimos que algo realmente nos emociona.
Las plataformas ya lo saben. Netflix, por ejemplo, ha comenzado a reducir la cantidad de producciones originales y a centrarse en licencias más seguras. HBO apuesta nuevamente por narrativas más profundas y menos saturadas. Mientras tanto, nuevas voces independientes y festivales emergentes están capturando a una audiencia cansada de lo “genérico”.
la rapidez con la que consumimos contenido ha reformulado nuestra relación con el ocio. El entretenimiento rápido y de scroll infinito nos ha dejado con la sensación de estar constantemente distraídos, pero raramente satisfechos. Ya no se trata solo de ver, sino de estar al día, de no quedar fuera de la conversación viral del momento.
Pero en medio del ruido, empieza a crecer un nuevo hábito: el consumo selectivo y consciente. Más usuarios se están volcando a documentales, cine de autor o series de temporada única. Buscan historias que los conmuevan, no solo que los entretengan por inercia.
La audiencia de hoy exige más: tramas complejas, diversidad auténtica, representación real y contenido que dialogue con los tiempos. En América Latina, por ejemplo, producciones como Argentina, 1985, Las Viudas de los Jueves o La Casa de las Flores han demostrado que hay hambre de propuestas distintas, que combinen entretenimiento con sustancia y mirada crítica.
Quizás el futuro del entretenimiento no está en ofrecer más, sino en ofrecer mejor. Y quizás, también, está en enseñarnos a detenernos, a elegir, a saborear una historia sin que la siguiente esté esperando como un auto encendido en doble fila.
Porque al final, el entretenimiento no debería sentirse como una obligación más del día, sino como un ritual personal de placer y descubrimiento.